18.11.05

Mens agitat molem

"El entendimiento de los símbolos y de los rituales (simbólicos) exige del intérprete que posea cinco cualidades o condiciones, sin las cuales los símbolos serán para él muertos, y él un muerto para ellos.

La primera es la simpatía; no diré la primera en tiempo, pero la primera a medida que voy citando, y cito por grados de simplicidad. Tiene el intérprete que sentir simpatía por el símbolo que se propone interpretar.

La segunda es la intuición. La simpatía puede auxiliarla, si ella ya existiera, pero no crearla. Por intuición se entiende aquella especie de entendimiento con el que se siente o que está más allá del símbolo, sin que se vea.

La tercera es la inteligencia. La inteligencia analiza, descompone, reconstruye en otro nivel el símbolo; tiene, aún, que relacionar en lo alto lo que está de acuerdo con la relación que está debajo. No podrá hacer eso si la simpatía no hubiera recordado esa relación, si la intuición no la hubiera embellecido. Entonces la inteligencia, de discursiva que naturalmente es, se tornará análoga, y el símbolo podrá ser interpretado.

La cuarta es la comprensión, entendiendo por esta palabra el conocimiento de otras materias, que permitan que el símbolo sea iluminado por varias luces, relacionado con varios otros símbolos, pues que, en el fondo, es todo lo mismo. No diré erudición, como podría haber dicho, pues la erudición es una suma; ni diré cultura, pues la cultura es una síntesis; y la comprensión es una vida. Así ciertos símbolos no pueden ser bien entendidos si no hubiera antes, o en el mismo tiempo, el entendimiento de símbolos diferentes.

La quinta es la menos definible. Diré tal vez, hablando a unos, que es la gracia, hablando a otros, que es la mano del Superior Incógnito, hablando a terceros, que es el Conocimiento y la Conversación del Santo Ángel de la Guarda, entendiendo cada una de estas cosas, que son la misma manera como las entienden aquellos que de ellas usan, hablando o escribiendo."

Prólogo de "Mensagem"
Fernando Pessoa
|